Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5: 10
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Tolerancia.
Diccionario de la Lengua Española (DLE)
2. f. Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. 3. f. Reconocimiento de inmunidad política para quienes profesan religiones distintas de la admitida oficialmente.
5. f. Margen o diferencia que se consiente en la calidad o cantidad de las cosas o de las obras contratadas.
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Tolerancia de cultos
1. f. Derecho reconocido por la ley para celebrar actos de culto que no son los de la religión del Estado.
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Se pide que tengamos tolerancia con aquellos que piensan diferente.
Me pregunto ¿ he sido grosera con los que no piensan como yo?, digamos, con aquellos que no son cristianos. Con alguien que no es creyente en Jesucristo, si ha leído la Biblia y no la entiende, si pone en tela de juicio la fe evangélica, si derechamente no cree en Dios o si mueve la cabeza cuando le hablo de la vida eterna. Cada persona cree lo que puede creer, a cada uno el sol le alumbra a diferente hora, "el viento sopla de donde quiere", es el Espíritu que ilumina y provoca a la fe.
No he cuestionado la inclinación sexual de nadie, cada uno maneja su intimidad como sea la ideología, educación o su creencia se lo permita.
Nunca he hablado mal de los ladrones, considerando que he sido varias veces robada y timada con algún cuento, asumo mi cuota de tontería por creerles sin cuestionar.
Mi madre me enseñó a respetar las personas en la condición que fuera su vida “nadie sabe –me decía- porqué está en esa situación”.
Hago oración por el Presidente de la nación a pesar que difiero en los temas valóricos (o morales), fundamentales para la paz y la sana convivencia. No lo hago por “buena onda” sino porque Dios ordena que ore por todas las autoridades. Lo hice por el anterior y por los que me ha tocado vivir, ¿cómo podría un ser humano gobernar en justicia toda una nación si no fuera con la gracia de Dios?
No he cuestionado la inclinación sexual de nadie, cada uno maneja su intimidad como sea la ideología, educación o su creencia se lo permita.
Nunca he hablado mal de los ladrones, considerando que he sido varias veces robada y timada con algún cuento, asumo mi cuota de tontería por creerles sin cuestionar.
Mi madre me enseñó a respetar las personas en la condición que fuera su vida “nadie sabe –me decía- porqué está en esa situación”.
Hago oración por el Presidente de la nación a pesar que difiero en los temas valóricos (o morales), fundamentales para la paz y la sana convivencia. No lo hago por “buena onda” sino porque Dios ordena que ore por todas las autoridades. Lo hice por el anterior y por los que me ha tocado vivir, ¿cómo podría un ser humano gobernar en justicia toda una nación si no fuera con la gracia de Dios?
Después de esta larga introducción y apelando a la ley de tolerancia que se pretende imponer en el presente siglo, quiero escribir de lo que creo, sostengo y trato de vivir con la ayuda de Dios.
Sigo fallando, sigo intentado, es verdad, soy una penitente constante.
Dios Creador, personal, inmutable, eterno y dador de la vida.
Dios digno de ser respetado, cantado y elogiado.
Dios que ama, exculpa y redime cualquier condición humana.
Dios que sana.
Don Héctor cayó en coma esta semana.
Los médicos llamaron a la esposa, los hijos, amigos y clérigos para los últimos detalles de una muerte anunciada. Todos se pusieron de acuerdo en orar y rogar por sanidad. Le vimos hace dos días conversando sentado en la cama del Hospital, hasta los médicos lo miran, se rascan la cabeza y exigen una explicación. Si alguien no es creyente en Dios podrá aducir un diagnóstico errado o cualquier otro argumento.
Nosotros nos remitimos al poder de Jesucristo, sanador ayer y hoy.
Dios de justicia.
La justicia de Dios se hace manifiesta y se hará a pesar de toda oposición, las leyes de proporción se cumplirán.
Y oro a Dios, claro que sí.
Mi esperanza está puesta en su poder, su misericordia y compasión, porque ya es sabido desde la antiguedad que poner nuestra esperanza en cualquier persona es una banalidad.
La tolerancia no necesita exigirse ni ondear una bandera. Solo bastaría hacer vivo ese principio de Cristo: "Trata a los demás exactamente como te gustaría que te trataran a ti: esta es la esencia de toda religión verdadera".
Mateo 7:12 (JBPhillips)
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*Título de la entrada:
Paráfrasis de la frase de Madame Roland "Oh Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre."
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