martes, 29 de septiembre de 2020

Semillas de justicia.

Haciendo el mal se puede obtener ganancias inmediatas, 
pero sembrar semillas de justicia traerá una retribución duradera. 

La persona que se mantiene firme en la justicia alcanzara una buena vida, 
pero el que insiste en hacer lo malo, lo hará hasta su propia muerte. 

Aquellos que son deliberadamente contrarios al Señor,  son en extremo vergonzosos a sus ojos, 
pero los justos son su deleite. 

Los irreverentes no quedarán sin escarmiento, 
pero la generación que desciende de los justos será librada. 

Proverbios 11:18-21 (paráfrasis)


En primavera-verano siembro  albahaca. A veces tomates o lechugas.
Cada año me maravilla la  abundancia de resultados. Crecen, crecen y crecen. 
Las semillas más agua y sol son una lección viva de la multiplicación. Disfrutamos todo el verano de estas hierbas aromáticas (orgánicas) sin darnos cuenta cómo    van  aumentando. 

Las calles de muchas ciudades se vuelven peligrosas a causa de la injusticia; los hogares se transforman en centros pugilísticos a causa de la injusticia; los trabajos derivan en enemistades por la injusticia; los países van a la guerra...el corazón humano necesita volver a su centro.
Dios es Justo.
Él puede darnos la buena semilla que -como la naturaleza- puede cambiar las sociedades. 
Ah, si dejáramos que en nuestro jardín crezcan esas semillas el mundo sería otro.

Tal vez podríamos empezar cultivando nuestro propio huerto.

Mientras más sembradores haya podrán hacer una diferencia. 



¿Has leído el libro "Los deleites de Dios"?
Lo puedes encontrar aquí:





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