Y Pablo
permaneció dos años enteros
en una casa alquilada,
y recibía a todos los que a él venían,
predicando el reino de Dios
y enseñando acerca del Señor Jesucristo,
abiertamente y sin impedimento.
Hechos 28: 30-31
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Quiéranlo o no, la libertad es un bien otorgado por Dios.
Nadie debería quebrar ese derecho.
Hay temporadas y lugares donde se puede hablar abiertamente de la fe -sea la que sea-; pero no siempre los ambientes son benevolentes.
Hay sociedades restrictivas y aún leyes en contra del evangelio.
Tenemos muchas tareas pendientes en relación a las libertades obvias que cada persona debería gozar.
En particular la libertad de conciencia que, aun en el siglo XXI, pareciera irrelevante y en muchas ocasiones minimizada por los grupos de poder.
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Audiolectura de hoy,
Hechos caps. 27-28 RVR
https://www.youtube.com/watch?v=LK7D-fvcQVI