―Aquí tienes a la sierva del Señor —
contestó María—.
Que él haga conmigo como me has dicho.
Lucas 1:38 NVI
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Todos -de una forma u otra- somos creyentes.
Hasta que las vicisitudes, los desengaños, las jugadas turbias o las trampas van socavando la fe.
Algunos practican cierto cinismo.
O se transforman en escépticos acérrimos totalmente contrarios al evangelio.
Otros -reconociendo su humanidad- buscan la ayuda de Cristo.
La indecisión nunca puede ser permanente.
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