Al sonar las trescientas trompetas,
el Señor hizo que los hombres de todo el campamento se atacaran entre sí con sus espadas.
Jueces 7:22 NVI
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En la sombra del valle, Gedeón y sus 300 guerreros, armados con antorchas y trompetas, desataron el caos en la oscura noche madianita. La confusión y el miedo se apoderaron del enemigo, revelando que la valentía de unos pocos, con el poder de Dios, puede eclipsar la oscuridad de muchos.
Dios puede -y lo hizo- dar la facultad de hablar a un burro.
Dios puede dar mensajes en el sonido del viento.
Dios puede desbaratar un ejército innumerable como la arena, con apenas trescientas trompetas sonando al unísono.
El poder no está en el objeto; el poder está en el que lo tiene y lo ejerce.
El apóstol Pablo -muchos años después- comprende esa revelación cuando escribe:
"Si Dios es por nosotros ¿quién contra nosotros?"
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Audiolectura hoy:
Jueces capítulos 7-9 DHH