lunes, 5 de diciembre de 2022

Todo empezó en Belén.

Pero tú, oh Belén Efrata, eres solo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, en mi nombre, saldrá de ti un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.
Miqueas 5:2 NTV
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Belén 
(heb. Bêth-lejem, “casa del pan”;  
Pueblo en la parte montañosa de Judá. Parece haber pertenecido a Jerusalén antes de la invasión israelita, como se deduce de una referencia en las Cartas de Amarna.
A veces se la llama Efrata ,  para distinguirla de la Belén de Zabulón.
De acuerdo con la predicción de Miqueas (5:2), el Mesí­as habrí­a de venir de Belén. 
A Belén se la conoce más generalmente como el lugar donde nació Jesucristo y donde ocurrieron muchos hechos relacionados con su venida al mundo: el anuncio de su nacimiento a los pastores, la visita de los sabios de Oriente 2:1-18; Luk 2:4-20)
Diccionario Enciclopédico.

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¡Quién lo diría!
Ni la más remota imaginación podría haber soñado que una pequeña ciudad de un pueblo conquistado por la poderosa Roma podría albergar al Hijo de Dios.
Algunos dicen que no tiene gran importancia dónde se nace sino dónde se termina.

Todo es una conjunción. Desde ahí parten  las coordenadas.
No es lo mismo nacer en Nueva York o en la Patagonia. 


Nacer en Belén puede suscitar la ira del gobernante y enviar una tropa de soldados a matarte. 
Y si no te encuentra matará a todos los bebés nacidos en Belén.
“Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios de oriente lo habían engañado, se enojó muchísimo. Así que tomó en cuenta los cálculos que había averiguado de los sabios y mandó matar a todos los niños varones menores de dos años en Belén y sus alrededores.” 
Mateo 2:16
Es peligroso nacer en ciertos lugares. 
O en ciertas épocas.  
Aun así, si naciste en una pequeña ciudad o en la capital;  si naciste de una honorable familia o una sin abolengo; como sea, Dios puede proyectar tu vida a lugares y hechos insospechados y gloriosos.
Solo basta que hagas un pequeño Belén en tu corazón y des la bienvenida al Hijo de Dios que nace.
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Y disfruta una bella canción:
De Belén a Jerusalen



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