Al día siguiente Moisés entró a la carpa del pacto y vio que el bastón de Aarón había retoñado. Le habían salido retoños, flores y también almendras. Entonces Moisés sacó todos los bastones de la presencia del SEÑOR y se los mostró a todos los israelitas. Cada uno de los jefes identificó su bastón y se lo llevó.
Números 17:8-9 PDT
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El instante más maravilloso del cuál somos testigos es cuando se inicia el brote de los árboles, las siembras o los arbustos.
Al podar las rosas queda un palo que -aparentemente- está seco. De pronto, un día a fines del invierno aparece un pequeño brote abriéndose camino al exterior. Luego otros le acompañan hasta componer un gran entorno para la floración.
Es un tiempo fantástico.
Así fue la sorpresa para Moisés, para Aarón y el resto de los dirigentes cuando en una noche Dios hizo lo que se demora una temporada, brotes, flores y fruto, en una vara sin vida aparente.
Una muestra evidente de su poder y su elección.
Ni una duda.
Podemos cuestionar muchas cosas en la vida natural que nos toca; el desafío es confiar en Dios y sus designios para guiar su pueblo.
Habrá personas con las que discrepemos; reconocer que Dios es soberano le demuestra nuestra confianza en sus elecciones.
Solo tenemos que observar cómo brota la naturaleza.
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Audio lectura , Números 16
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Audio lectura , Números 17
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