Nunca oprimas al pobre
ni uses tácticas turbias en los tribunales para despojarlos;
porque el Señor se levantará
para defender su causa
y humillar al que procede injustamente.
Proverbios 22:22-23
Ser pobre no es un delito.
Tampoco lo es ser rico.
Ser pobre no es una virtud per se.
Tampoco lo es ser rico.
Algunos argumentan que la pobreza y la riqueza son condiciones subjetivas. Sin embargo podemos tener ciertos rangos de medición que nos dan una idea aproximada.
En la página sobre derechos humanos de nuestro gobierno se lee:
“1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.” (https://www.derechoshumanos )
Dios tiene bendiciones especiales para las personas que no desbordan en recursos.
Uno de los grandes mensajes que el Señor envía a través de los profetas del Antiguo Testamento es la defensa de los débiles, la denuncia a toda forma de opresión, el comercio fraudulento, el acaparamiento de las tierras, la arbitrariedad de la justicia, el menosprecio hacia las leyes referentes a las viudas, los huérfanos y los extranjeros.
Si Dios nos ha dado recursos es una alegría que se nos dé la oportunidad de compartir las bendiciones.
Levítico 19:15: No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.
La Nueva Traducción Viviente:
Después de todo, no trajimos nada cuando vinimos a este mundo ni tampoco podremos llevarnos nada cuando lo dejemos. 1 Timoteo 6:7
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La noticia del día:
La coloridas veredas con hojas al viento nos muestran que el otoño está dejándonos para iniciar una nueva temporada. 30 de mayo.(Foto Pexel)
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