Escucha esto, Job,
ponte a pensar en las maravillas de Dios.
¿Sabes cómo controla Dios las nubes
y cómo hace que su relámpago deslumbre?
¿Sabes cómo las nubes, maravillas del conocimiento perfecto, se mantienen suspendidas?
Tú, que te sofocas de calor entre tus ropas
cuando la tierra dormita bajo el viento del sur,
¿puedes ayudarle a extender los cielos,
sólidos como espejo de bronce bruñido?
»Haznos saber qué debemos responderle,
pues debido a nuestra ignorancia no tenemos argumentos.
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