El que habita al abrigo del Altísimo
descansará a la sombra del Todopoderoso.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi fortaleza, el Dios en quien confío».
Solo él puede librarte
de las trampas del cazador
y de mortíferas plagas,
pues te cubrirá con sus plumas
y bajo sus alas hallarás refugio.
Su verdad será tu escudo y tu baluarte.
No temerás el terror de la noche
ni la flecha que vuela de día
ni la plaga que acecha en las sombras
ni la peste que destruye a mediodía.
Podrán caer a tu lado mil
y diez mil a tu derecha,
pero a ti no te afectará.
No tendrás más que abrir bien los ojos
para ver a los impíos recibir su merecido.
Ya que has puesto al Señor por tu refugio,
al Altísimo por tu protección,
ningún mal habrá de sobrevenirte,
ningún desastre llegará a tu hogar.Porque él ordenará que sus ángeles
Porque él ordenará que sus ángeles
te protejan en todos tus caminos.
Con sus propias manos te sostendrán
para que no tropieces con piedra alguna.
Aplastarás al león y a la víbora;
hollarás al cachorro de león y a la serpiente.
estaré con él en momentos de angustia,
lo libraré y lo llenaré de honores.
«Yo lo libraré, porque él me ama;
lo protegeré, porque conoce mi nombre.
Él me invocará y yo le responderé;
Lo colmaré con muchos años de vida
y le haré gozar de mi salvación».
Salmos 91 NVI
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Salmos 91-95 NVI
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