Retribución no prevista.

Es peligroso colocar trampas para otros, 

hay una alta probabilidad que regrese a la persona ese mal. 

Si remueve una piedra 

queriendo dañar 

puede devolverse y aplastarlo. 

Proverbios 26:27 (paráfrasis) 

¿Escuchaste aquel refrán “el que escupe al cielo en la cara le cae”? 

Alguna vez el proverbista nos habló de ese efecto bumerán. 

Es un hecho comprobado que el bien o el mal tienen una retribución natural y más aún, para un creyente,  una evaluación delante de Dios. 

La impunidad no existe. 

A veces soportaremos antipatías, falsedades, animadversiones de nuestro coterráneos por solo creer en Dios. El prejuicio es clásico en una sociedad laica y cada vez más incrédula. Sabemos que Dios es el que nos hará justicia y derribaremos prejuicios con una vida acorde a la fe que publicamos.

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La noticia del día:
Un rebaño de ovejas cruza una zona montañosa en Flaesch, Suiza, agosto 2021. Foto EFE