Un hijo o hija necesita
ser disciplinado;
ser disciplinado;
si evitas reprender
es que no amas lo suficiente.
El que ama a sus hijos
los corrige desde pequeños.
*
El creyente en Dios disfruta
de su alimento
sea mucho o poco estará saciado;
el injusto
siempre está insatisfecho.
Proverbios 13:24-25 (paráfrasis)
En el siglo XX los niños permanecían en su casa hasta los siete años, edad donde eran recibidos en el colegio. La formación temprana estaba a cargo de la familia, padres o abuelos, a veces hasta los tíos o tías se hacían cargo de los infantes.
Con la apertura de los mercados, la competitividad laboral, los extensos viajes, todo ha derivado a un Estado cada vez más omnipresente en la vida de los pequeños. Salas cuna, jardín de infantes, parvularios han venido a reemplazar el regazo de los padres o las abuelas.
Mi amiga Max. trabaja en una sala cuna, cuidan de bebitos desde los tres meses.
¿Qué apego lograrán tener con sus padres si apenas van a dormir a su casa?
¿Quién educará esas mentes que todo lo absorben en los primeros años?
¿Dejaremos que el gobierno de turno decida nuestros valores y qué debemos creer?
¿Quién enseñará las oraciones que acompañan toda la vida?
¿Quién pondrá los necesarios límites?
Un reproche que he oído: "mis padres pagaron un buen colegio, pero ellos nunca estuvieron en casa".
"Tengo de todo lo que el dinero puede comprar, solo que ellos me dejan sola".
Sin duda no es sencillo compatibilizar la vida de hogar, trabajo, sociedad y recreación.
A eso apunta el libro de Proverbios, proveer una guía para una buena vida. Sin duda cada día tenemos una oportunidad para adoptar medidas sabias.
Te deseo lo mejor.
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