Crispo,
que era el jefe de la sinagoga,
creyó en el Señor junto con toda su familia;
y muchos
de los corintios que oían a Pablo
también creyeron
y fueron bautizados.
Una noche,
mientras Pablo dormía,
el Señor le dijo en una visión:
«No temas. Habla y no calles,
porque yo estoy contigo.
Nadie podrá hacerte daño,
porque en esta ciudad
cuento con mucho pueblo.»
Pablo se quedó allí
un año y seis meses,
y les enseñaba la palabra de Dios.
Hechos 18:8-11 RVC
*
Las comunidades cristianas nacen y se multiplican en cada sociedad.
En algunas de manera exponencial. En otras de manera pausada.
Todas han tenido -y tienen- su personalidad y sus debilidades que no enseñan.
Aunque en muchas ocasiones cada una tropezará con sus propias piedras.
*
Audio de hoy:
Introducción, carta primera a los corintios.
Introducción, carta primera a los corintios.
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