Así,
cuando amamos a Dios
y cumplimos sus mandamientos,
sabemos que amamos a los hijos de Dios.
En esto consiste el amor a Dios:
en que obedezcamos sus mandamientos.
Y estos no son difíciles de cumplir,
porque todo el que ha nacido de Dios
vence al mundo.
Esta es la victoria que vence al mundo:
nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo sino
el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario