miércoles, 2 de septiembre de 2020

Intentos inútiles.

Si intentas corregir a un cínico arrogante,
Recibirás a cambio un insulto;
Si intentas enfrentarte a un hombre malvado
¡No te sorprenda si recibes una bofetada!
No malgastes energías en corregir a un insolente solo te odiará por eso.

Pero adelante,
corrige a una persona sensata y te amará.
Orienta al sabio en lo que es justo
y se volverá aún más sabio.
Instruye a los devotos de Dios
y comprenderán aún más.

Proverbios 9:7-9


A menudo se piensa que tenemos ese poder, corregir a una persona insolente ¿por qué pensaríamos eso?¿Tenemos algún argumento que nos dé ese poder?

Luego nos extraña toparnos con un muro de indiferencia y -en muchos casos- ofensas como respuesta.
Es un intento banal y pretencioso querer cambiar a alguien.  En muchas ocasiones ni podemos cambiarnos a nosotros mismos ¿cómo nos atrevemos a pedirle al otro que se corrija?

A la luz del Nuevo Testamento y creyendo en la promesa de Jesús podemos confiar que: "Y, cuando él venga (el Espíritu Santo), convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio; ..." (Juan 16:8)





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