domingo, 4 de octubre de 2020

Aprender a aprender

La primera condición para aprender es ser enseñable. 
Quien no desea ser corregido 
 permanecerá en la ignorancia. 
Si tu corazón es honesto 
florecerá en ti el favor del Señor, 
pero un corazón torcido 
invita a ser descalificado. 
 No puedes esperar el éxito haciendo lo equivocado. 
La persona devota 
está firmemente arraigada en Dios. 

Proverbios 12:1-3  (paráfrasis)


Desde la prehistoria hemos pasado por todas las escuelas para comprender el mundo, interpretarlo, desarrollar habilidades y disfrutar de él. 
El aprendizaje es natural y básico en el ser humano. 

Nos ha sucedido con el tele-trabajo, las redes sociales y el covid-19; muchas personas –incluyendo la iglesia- han debido olvidar las cartas manuscritas, las señales de humo, el walkie-takie y adquirir un celular con aplicaciones y –en la medida de lo posible- con una amplia memoria. Además una buena conexión a Internet y como nos comentaba una amiga, “tener a mano el tutorial que me hizo mi hija”.

Nuestra vida es AZ y DZ (antes de zoom y después de zoom); YouTube ya nos ha entregado sus secretos y Facebook sigue siendo la olla de grillos que fue desde un principio, sin hablar de Google Meet, tik tok y un largo etcétera. 
Toda esta invasiva y necesaria tecnología es maravillosa solo si aprendemos a utilizarla. Cualquier tutorial resulta letra china si no encendemos el PC y nos conectamos con aquello que nos concierne, trabajo, amistades, familia, hobbies y practicamos para comunicarnos mejor en la vida virtual y la cotidiana.
 


#NuncaSeTerminaDeAprender




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