jueves, 15 de octubre de 2020

#UsaPalabrasParaSanar.

"Las palabras groseras 
hieren como una espada; 
pero si habla una persona amable
sana las heridas. 

Proverbios 12:18 (paráfrasis) 

1227 veces se repite “palabra (s)” en el Libro sagrado. 
Nuestros primeros recuerdos están unidos al lenguaje. La madre que nos llama, el padre que nos pide que digamos su nombre, la abuela que ríe mostrándonos una mariposa y la deletrea ma-ri-po-sa con la esperanza que repitamos. 

Dios habló. 
Dios habla. 
Él sabe todos los idiomas porque sus palabras van directo a nuestro corazón y ese sonido nos invade aun en los momentos de crisis o de desazón. 
Crecemos y aquello que era un juego de letras se transforma en un arma peligrosa; nos damos cuenta el efecto que produce en los otros y sabemos que ese poder puede ser refinado, pulido y esgrimido como un arma. 
El lenguaje  adopta formas, figurado, dialéctico, tosco, sarcástico, irónico, zalamero, amable, virulento, afectuoso; aprendemos a usarlo y a mal usarlo. 

¿Cuándo fue la primera vez que dijiste una grosería? 
¿Qué sentiste en esa provocación? 
Hay algo grandioso en las palabras, de alguna manera podemos mostrar lo que somos o sentimos, el dolor, la alegría, la frustración, la felicidad. 
Se nos ha dado este don (digo don porque se estima que hay 360 millones de personas que no pueden hablar porque no oyen) como medicina y como arma. Tenemos la oportunidad de sanar con las palabras o provocar heridas.
Elegir bien es la consigna de hoy. 

#UsaPalabrasParaSanar.



  

No hay comentarios:

Publicar un comentario