jueves, 24 de diciembre de 2020

Balanzas alteradas, resultados inexactas.

Todos los caminos del hombre 
son limpios en su opinión; 
 mas el SEÑOR pesa los espíritus.

Proverbios 16:2 

Hay en las tendencias modernas un anhelo de santificar el mal, invocando causas justas. Aun las mejores causas si están en contra de la vida y la justicia divina son solo actos de buenas intenciones que jamás podrán ser justificados y llevarán a las sociedad a un final nefasto.

Antiguamente existían balanzas que con algún poco de maña podían alterarse para dar menos de lo exacto. Así tú pagabas 1 kg. que en la realidad eran 900. 
Las balanzas modernas son tan exactas que pueden  pesar 1 mg. de cualquier producto sin alteración. 
Lo material es medible con lo material. 
Lo espiritual es medible con lo espiritual. 

Aquello que nos parece, eso que opinamos, nuestro criterio, el razonamiento que nos mueve, la auto-indulgencia todo está traslapado por las intenciones del corazón, la cultura, por nuestros sentimientos, por los intereses financieros, en una palabra, nuestras balanzas son inexactas y mientras más temprano nos demos cuenta de eso es más sano para nuestra vida. 

Cierto año en cierta época de la humanidad, un rey vio una mano que escribía en la pared. Aterrorizado leyó el mensaje: 
MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. 
Esta es la interpretación del asunto: 
MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. 
TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. …(Daniel 5:28-29) 

Nuestra medida es Cristo.  
Si se nos llama a comprobar lo que somos, lo que pensamos, hemos hecho o dejado de hacer solo podemos acogernos a Su Gracia y a sus méritos. 




Fotografía de aquí:




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