Una persona que se burla de todo
sufrirá la sanción natural de su conducta;
de esas experiencias los simples pueden aprender prudencia.
El sabio toma enseñanza de toda situación,
sea buena o desfavorable.
Proverbios 19:25 (paráfrasis)
Tres caracteres conviven en el entramado social.
El burlador, el simple y el sabio.
Cada uno aprende de forma distinta.
Don Ismael se paseaba por nuestro barrio todos los fines de semana, ebrio hasta los huesos.
En los primeros años bajaba del bus y orientaba sus pasos directo al hogar; pasado el tiempo inició una costumbre exhibicionista y burlona, nadie se libraba de sus bromas si se lo topaba en algún tramo del camino.
Esa actitud fue acrecentándose a tal punto que fue llevado más de una vez a la comisaría por ofensas.
Cierto día de invierno fue un escándalo, con gritos y obscenidades bajó del micro peleando con alguien imaginario, desnudo el torso, furioso resbaló en el barro con tan mala fortuna que terminó con un esguince de tobillo; al año siguiente operación de una pierna quebrada, tratamiento de cirrosis, poco a poco la salud, la soledad (la esposa se mudó con una de sus hijas), los accidentes minaron su fuerza.
No hubo dolor que fuera suficiente para volverlo a la sobriedad.
Para los muchachos del barrio fue la viva estampa de un alcohólico de final deprimente y patético.
Cuando murió el barrio respiró la paz de una pequeña villa campesina. No tuvo herederos de su ejemplo (afortunadamente).
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La fotografía: Calle rural de Puente Alto, Chile.
La fotografía: Calle rural de Puente Alto, Chile.
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