miércoles, 7 de abril de 2021

Las joyas más valiosas.

En el mundo hay abundancia de oro
y muchas joyas hermosas, 
pero hay algo más valioso, 
las palabras de revelación de Dios 
y de prudencia para vivir. 

Proverbios 20:15 (paráfrasis) 

Quedé con los dedos quemados y un anillo tosco de hierro y cobre que estaba aprendiendo a hacer en un curso de orfebrería. 
Primera y última clase. 
No volví a tomar tenazas, pinzas o metales. 

¿Has estado en una joyería? Aun las más modestas tienen una variedad preciosa para ofrecer. 
Conocer un poco el arte de la orfebrería nos enseña a apreciar cada pieza, en especial si son elaboradas de manera artesanal. 

Admiro profundamente a las personas que desarrollan ese arte, no solo es dinero, hay ahí mucha paciencia, buenos ojos, buen pulso y creatividad. 
Dios ha creado tanta belleza para que la disfrutemos; no aspiro a tener joyas, me basta con observarlas de lejos, como las flores de jardines ajenos, alguien las cultiva para nuestros  ojos. 

Más que todas las joyas de la corona, las que puedan ostentarse en los museos o escondidas en cajas fuertes, insuperables y bellos son los labios que expulsan palabras de bien hacia el aire y llenan los ambientes de bendiciones. 
Un lenguaje directo del cielo que sana heridas, levanta caídos, reaviva enfermos. 

Esa palabra poderosa que dice “Lázaro, ven fuera” y el hombre que ya hiede se empieza a mover hacia la luz y la vida. Eso es lo que el mundo necesita. Tu palabra de fe que brilla más que todo el oro del mundo. 
***

Un recuerdo:
Un hombre de Dios que llenó el Centro de la Capital de Palabra de Dios. 
Fue una joya que brilló en la oscuridad. Su nombre, Hermano Raúl..  




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