la sabiduría se deja encontrar solo por unos pocos;
un razonamiento elevado
no es comprensible para todos.
Proverbios 24:7 (paráfrasis)
Entré al círculo de seminaristas. Todos ya se acercaban a la treintena, serios, de palabra suave y cuidadosa, excelentes conferencistas, hábiles en la enseñanza, divertidos en tertulias de fin de semana alrededor de un buen mate.
Me sentí como “pollo en corral ajeno”, aquellos compañeros que estaban por egresar eran la élite de los biblistas. La pequeña iglesia pentecostal donde crecí apenas me había instruido en los cuatro evangelios, algunas notas en la escala de sol y ciertas lecciones objetivas para niñas curiosas.
Con la admiración de los principiantes me propuse emular a mis compañeros, aprender de homilética, hermenéutica y las otras ciencias contiguas.
La búsqueda continúa.
Más que un aprendizaje formal –que lo fue- se me otorgó ese raro don de aprender a buscar. A veces encuentro y otras quedo con algo inconcluso.
Nunca Google reemplazará la palabra de Dios, la revelación del Espíritu y las conversaciones con amigos y amigas de ruta.
Algo he sacado de todo eso, la Gracia recibida cada día y el amor hacia el Creador Eterno que siempre me parece insuficiente.
Espero que tú también encuentres esos raros tesoros que el Señor nos regala.
Un buen sitio de todo:
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