Una persona diligente en su profesión
tendrá oportunidades de ser promovido a un mejor puesto de trabajo.
Tendrá acceso a lugares notables.
Proverbios 22:28 (paráfrasis)
El señor T. era el primero en llegar y el último en irse de la oficina.
Después que cerraban todas las tiendas de la pequeña galería que administraba, hacía un recorrido empujando las puertas para verificar que estuvieran con llave (eran los amables tiempos sin alarmas) y caminaba las tres cuadras hacia su departamento.
Esa rutina la hizo por cinco años, meticulosamente.
Hasta que recibió una propuesta imposible de rechazar, administrar un Mall que estaba por inaugurar.
El día que se despidió le hicimos un homenaje y todos los locatarios le deseamos prosperidad y bendiciones.
Nunca logramos que el nuevo administrador le llegara a los talones; algunos trabajan y otros aman trabajar.
Los creyentes tenemos un alto concepto de lo que hacemos o dejamos de hacer; nuestro jefe no es el que nos paga un salario, es el Dios Eterno nuestro Amo y Señor.
Que sea una alegría para ti lo que haces.
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