domingo, 22 de agosto de 2021

Inmigrantes.

Una persona que abandona su tierra 
es semejante a un ave sin nido, 
expuesta a toda clase de problemas. 

Proverbios 27:8 (paráfrasis) 

¿Cuántos son rechazados, vilipendiados, maltratados, ofendidos, discriminados, solo porque son extranjeros?
En nuestros barrios viven personas que han dejado su hogar,  por razones de fuerza mayor; otros buscando mejores horizontes, todos tienen algo en común, están lejos de la tierra donde nacieron, lejos de la familia, ausentes en cumpleaños y festividades propias de su país. 

El Señor tiene un trato particular con los extranjeros y los ayudará “El SEÑOR protege a los inmigrantes” (Salmos 146:9 PDT). Y pide a su pueblo “Y al extranjero no engañarás ni angustiarás,” (Éxodo 22:21) 

Muchas personas tienen cierta antipatía por los inmigrantes (razones nunca faltan), pero si nos detenemos un momento a observar esta figura que nos presenta el proverbista, un ave que no tiene nido, revolotea de aquí para allá buscando un refugio, con el alma en vilo, nerviosa, sin protección donde descansar. Nadie quiere ni merece vivir de esa manera.

En el lugar del Reino de Dios todos tenemos un lugar. 
"Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras." 
(Apocalipsis 7:9)

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