Le da ella bien
y no mal
Todos los días de su vida.
Proverbios 31:12 )RV60)
¡Qué bella está la novia del brazo de su padre camino al altar!
¡Qué guapo el novio con su traje de gala escoltado por su madre y su padre!
La perfumada tarde de primavera completa el cuadro para un recuerdo imperecedero.
He asistido a muchas ceremonias matrimoniales.
En cada ocasión me provoca un escalofrío la voz quebrada de la novia prometiendo; cuando el novio reciamente declara palabras que sin duda quiere sostener en el tiempo.
“Todos los días de su vida” es exactamente eso, hacerse bien el uno al otro, darse mutuamente en afectos, respeto, atenciones.
¿Por qué si se empieza tan bien algunos terminan tan mal?
¿Dónde se fue perdiendo esa lucidez de las promesas?
¿Dónde quedó la decisión a toda prueba?
¿Cuándo fue desmoronándose el castillo de ilusiones?
Día a día la vida se va construyendo la estabilidad hogareña.
Día a día se destruye.
Ruego a Dios con todo mi corazón que esa pareja que hizo ayer sus votos se consolide en el tiempo; que sus sueños personales y en conjunto los lleven a la mejor de las vidas en pareja.
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