domingo, 21 de agosto de 2022

Un lugar donde llegar.

Migrar 
Del lat. migrāre. 
1. intr. Trasladarse desde el lugar en que se habita a otro diferente. 
Emigrar, cambiar de pueblo. 
La historia humana es un constante migrar. 
Adán y Eva exiliados del Paraíso. 
Noé a la deriva en el diluvio. 
Abraham “sin saber a dónde iba”. 
Moisés y el pueblo que gobernaba deambularon por el desierto durante 40 años. 

Migrar es perder.
Como Rilke tan bien lo describe “vivir sobre las olas y no hallar asilo jamás en el tiempo”. 
La Carta a los hebreos nos ilumina anduvieron de un lado a otro cubiertos de pieles de oveja y de cabra,”, refiriéndose a aquellos fieles creyentes que fueron exiliados, perseguidos, violentados por su fe. 
Migrar es perder amigos, familia, cultura. 
Migrar es adquirir otro lugar, otras oportunidades, otra cultura. 

Todos –de una u otra manera- somos migrantes que buscamos  un lugar de seguridad, un hogar permanente, un estado interior sin incertidumbre. “...el hecho es que anhelaban un país mejor, nada menos que uno celestial. Y debido a esta fe suya, Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios, pues en sobria verdad les ha preparado una ciudad en el cielo.” (Hebreos 11:16) 

Tú y yo tenemos un lugar de descanso, de seguridad, aun cuando deambulemos estos breves años. 
En Cristo estamos seguros, Él es el hogar Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” 
Evangelio de Juan 10:27
Paz en el alma.
*

Vuelvo a casa. 
Una hermosa canción. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario