lunes, 19 de diciembre de 2022

Vencedores.

Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios… 
Romanos 8:37-38 
Vencer 
 Del lat. vincĕre. 
Diccionario de la lengua Española.

3. Aventajar, ser superior o exceder a alguien en comparación con él. 
5. Superar las dificultades o estorbos, obrando contra ellos.

¿Sufriste mirando el último partido de fútbol del mundial de Catar? 
Nuestro barrio era un sonido de voces discordantes, animando a los unos o a los otros. 

A la voz de gol unos gritaban o se quejaban. 
Como dijimos ayer “¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan! “ 
(Por cierto, nos alegramos en el triunfo de los hermanos argentinos.) 

Aparte de la contingencia futbolera, hay conflictos fundamentales en la vida de cada persona. 

Algunos definen la existencia como una carrera, otros la miran como un viaje. 
El apóstol Pablo nos habla de una lucha diaria.
A veces se arriesga la vida en conflictos personales, familiares o sociales; otras veces se pone en riesgo la vida eterna. 

No hay lucha simple ni sencilla. 
Hay un elemento de oposición que se debe vencer. 
De algo podemos estar ciertos, aunque caemos, tropezamos y nos pasan algún gol, no perderemos.
Dios en su propósito ayuda a sus fieles a sacar lo mejor de sí mismos para tener el triunfo. 

¡Gloria a Dios!
*





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