No importa quién planta o quién riega;
lo importante es que Dios hace crecer la semilla.
1 Corintios 3:7 NTV
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Durante el Año Nuevo en China tradicionalmente se regalan cerezas.
Cerezas chilenas.
Hay una gran cadena logística para llevar a buen fin desde el cultivo cuidadoso hasta que llegan a las mesas de los consumidores.
Un esfuerzo fitosanitario, delicados protocolos y un amplio etc para enviar la mejor fruta.
Sembrar es una aventura de fe.
El apóstol asegura que “tanto el que ara como el que trilla deben hacerlo con la esperanza de recibir su parte de la cosecha.”
Muchas variables pueden cambiar los resultados.
Sin embargo, la bondad de Dios siempre está presente en el crecimiento, tanto en las cosechas naturales como en el crecimiento espiritual.
La Palabra de Dios es como una semilla sembrada en el alma humana.
Unos hacen la primera parte, otros siguen motivando, hay una cadena en movimiento constante para que una vida llegue a la madurez.
¿En qué etapa te encuentra tu semilla?
Ten la seguridad que Dios la está haciendo crecer, así como ha hecho crecer en Chile la exportación de cerezas.
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En contexto:
Leer en:
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Capítulo 3 de 1 Corintios, en audio DHH
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Lectura de ayer, 1 Corintios capítulo 2
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