En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.
1 Juan 4:10 NTV
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¿Podremos alguna vez comprender la incomparable grandeza del amor que Dios tuvo al mirarnos?
Una mirada de no condenación.
Una mirada para levantarnos del desplome.
No hubo intervención de nuestra parte para que eso sucediera; ni un leve propósito de acercarnos -cómo podríamos-; "no que nosotros" "sino que él nos amó".
Cuando lo incomprensible roza la existencia, cuando el razonamiento no logra armar los motivos o los porqué de esta gracia, solo nos queda rendirnos a ese amor sin ninguna clase de reserva.
¡¡¡Bendito sea Dios!!!.
¡¡¡Alabado sea por siempre!!!
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Audiolectura hoy:
1 Juan cap. 4
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