»Cuando recojas las cosechas de tu tierra, no siegues el grano en las orillas de tus campos ni levantes lo que caiga de los segadores. Déjalo para los pobres y los extranjeros que viven entre ustedes. Yo soy el Señor tu Dios».
Levítico 23:22 NTV
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Hasta este siglo XXI existe en algunos campos esta práctica admirable, dejar el rastrojo de algunas cosechas para que algunos vecinos las recojan a mano.
En un paseo al norte -con unos amigos-, fui a sacar papas (patatas) antes que las máquinas volvieran a romper la tierra para una nueva siembra.
Fue un acto gozoso y amigable.
Luego las disfrutamos en un cremoso puré alrededor de la mesa familiar.
Ruego a Dios que dé prosperidad a aquellos campos y nunca falte este sagrado principio de dejar el rebusque al que lo necesite.
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Audiolectura de hoy:
Levítico 23-25
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