de que ni la muerte
ni la vida,
ni los ángeles
ni los demonios,
ni lo presente
ni lo por venir,
ni los poderes,
ni lo alto ni lo profundo,
ni cosa alguna en toda la creación
podrá apartarnos del amor
que Dios nos ha manifestado
en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:38-39 NVI-
*
Nuestra débil humanidad sucumbiría si el Espíritu de Dios no fuera la fuente permanente de las fuerzas para vivir.
Cuando la juventud es plena, no hay sospechas que esta se pueda perder o disminuir.
De pronto un virus, un aire nocivo, un diagnóstico lapidario nos hace tambalear.
Tener la certeza del poder de Dios, de su amor y su cuidado hará la diferencia.
"...ni cosa alguna podrá..."
Porque no depende de ti ...
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario