Pido en mi oración que su amor
siga creciendo más y más todavía,
y que Dios les dé
sabiduría y entendimiento,
para que sepan escoger siempre lo mejor.
Así podrán vivir
una vida limpia,
y avanzar sin tropiezos
hasta el día en que Cristo vuelva;
pues ustedes presentarán
una abundante cosecha
de buenas acciones gracias a Jesucristo,
para honra y gloria de Dios.
Filipenses 1: 9-11 DHH
*
Orar es más sencillo de lo que pensamos.
Una conversación sincera con Dios que, aunque Él todo lo sabe, escucha con paciencia.
Una y otra vez el apóstol ruega -no solo por sí mismo- por sus conciudadanos, sus parientes, sus amigos, sus discípulos.
Tal vez en la vida frenética de la ciudad sería bueno para el alma detenerse y conversar un momento con Dios.
Hoy puede ser un buen día para empezar.
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