y nuestra fortaleza,
nuestra ayuda segura
en momentos de angustia.
Por eso, no temeremos
aunque se desmorone la tierra
y las montañas se hundan
en el fondo del mar;
aunque rujan
y se encrespen sus aguas,
y ante su furia retiemblen los montes.
Salmos 46:1-3 NVI
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Chile es un país de seísmos.
Lo que en otras partes provoca terror (un sismo grado 6 o 7) a los chilenos no los mueve de su escritorio.
Un temblor que se precie de tal debe estar sobre los 7 u 8 , ahí nos movemos hacia áreas de seguridad.
Hemos nacido acunados por la placa de Nazca y ese constante baile de tierra que no nos asusta.
Más aún -como pueblo cristiano-, la confianza nace de la certeza que Dios sostiene nuestra vida, con o sin tsunamis, terremotos o temblores varios.
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Audiolectura de hoy,
Salmos 46-50 NVI -CST
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Ilustración gracias a
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