viernes, 17 de julio de 2020

No pierdas el sentido común.


"No pierdas de vista el sentido común 
ni el discernimiento. 
Aférrate a ellos, porque refrescarán tu alma; 
son como las joyas de un collar. 
Te mantienen seguro en tu camino, 
y tus pies no tropezarán. 
Puedes irte a dormir sin miedo; 
 te acostarás y dormirás profundamente. 
No hay por qué temer la calamidad repentina 
 ni la destrucción que viene sobre los perversos, 
porque el Señor es tu seguridad. 
Él cuidará que tu pie no caiga en una trampa."

Proverbios 3:21-26 (NTV)

Nos adentramos al mar en una lancha pesquera grasienta y maloliente.
Se nos pidió ir al paseo con ropa informal, dispuestos a mancharnos con la pesca, porque de eso se trataba, salir aguas adentro de la bahía para tener la mejor de las experiencias, cosechar del mar nuestro propio alimento.
Todos vestíamos de forma adecuada a la ocasión, excepto una persona que usaba un terno claro, camisa blanca y corbata, con tan poca fortuna que su pantalón se manchó con algo como alquitrán y todo el tiempo se sintió incómodo.

Un amigo saca siempre a colación el dicho "en este tiempo el sentido común es el menos común de los sentidos". Me divierte un poco su reclamo que, en muchas ocasiones, no deja de tener razón.
Cada persona usará lo poco o mucho de tino que posea, en tanto que no fastidie a los demás.
Creo.
Saber vivir amablemente no es algo tan sencillo de lograr; muchas veces perdemos un poco la proporción de lo que somos y aquello que podemos hacer (o no).
El libro de Proverbios es un tratado de protocolo social para estar cómodo en cualquier situación. 

"El concepto de sentido común es aquel que se utiliza para designar a aquella inteligencia que ha desarrollado el ser humano y que le permite manejarse de manera sensata en diferentes situaciones de su vida.
El sentido común es normalmente entendido como lo que es adecuado hacer, pensar o decir en determinados momentos..."





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