Oye, atiende a mis consejos,
así cuando hables, lo harás con sabiduría.La mujer infiel te engaña con palabras suaves y dulces,
que al fin de cuentas resultan más amargas que la hiel y más peligrosas que una espada.
Quien se enreda con ella, ¡va derecho a la tumba!
A ella no le importa lo que digan de su conducta; lleva una vida sin control, pero no lo reconoce.
Querido jovencito, escúchame:
¡no desprecies mis consejos!
Apártate de esa mujer y no te acerques a su casa,
o acabarás entregando tu salud y los mejores años de tu vida a gente cruel y peligrosa;
¡todo tu salario, y el dinero que con tanto esfuerzo te ganaste, irá a parar en otras manos!
Cuando te hayas quedado pobre, dirás entre llantos y lamentos: «¡Pobre de mí, pobre de mí!
¡Nunca acepté ningún consejo!
Jamás les hice caso a mis maestros, ni obedecí a los que me orientaban.
¡Ahora estoy casi en la desgracia ante toda la comunidad!"
(Proverbios 5:1-14 TLA)
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