Si quieres disfrutar del amor,
disfrútalo con tu esposa.
¡Guarda tu amor sólo para ella!
¡No se lo des a ninguna otra!
No compartas con nadie
el gozo de tu matrimonio.
¡Bendita sea tu esposa,
la novia de tu juventud!
Es como una linda venadita;
deja que su amor y sus caricias
te hagan siempre feliz.
Dios mira tu conducta.
Querido jovencito,
no dejes que otra mujer te cautive
ni busques las caricias
de la mujer casada.
Dios mira con mucha atención
la conducta de todos nosotros.
El pecado y las malas acciones
son trampas para el malvado,
y lo hacen su prisionero.
Así muere esa clase de gente
que no quiere ser corregida;
¡su falta de entendimiento
acaba por destruirla!
Proverbios 5:15-23 (TLA)
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