domingo, 20 de septiembre de 2020

Pereza, tan "amable" como un dolor de muelas.

Confiar en una persona perezosa para que haga un trabajo es tan irritante como el humo en tus ojos ¡Tan "amable"  como un dolor de muelas! 

Proverbios 10:26 (paráfrasis) 

Conviví por un tiempo con una gran familia. 
Todos tenían una característica personal, la hermana gruñona, la bella que me enseñó a comer fruta por la mañana, y el hermano holgazán que se levantaba al almuerzo para que lo alimentaran. 

Las hermanas rabiaban porque siempre había distintas tareas en el caserón y cada uno tenía algún trabajo asignado. Bernardo hacía mutis con su sonrisa adolescente, aunque los padres le exhortaran en tonos más o menos subidos. En incontables ocasiones el exceso de confianza es un factor inverso a los resultados que esperamos.

Responsabilizar de una tarea importante a una persona que sabemos es negligente, es una error de lesa ingenuidad ¿no crees? Nos sucedió en todo tiempo con B., otros terminaban realizando las tareas por él.

 Algunos perezosos se corrigen si encuentran algo que les motive. Otros pasan por la vida de zánganos, sin una pizca de pudor. 
Un amigo tenía esta filosofía “hasta los flojos son necesarios en el mundo”. 
¿Será?





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