viernes, 27 de noviembre de 2020

4 remedios para curar la envidia.


La mente tranquila 
es vida para el cuerpo, 
pero la envidia 
corroe hasta los huesos. 

Proverbios 14:30 (DHH)

Conozco todo tipo de caracteres. 
Unos flemáticos que llevan la “procesión por dentro”, irascibles que se enojan por todo, alegres que amanecen cantando, amargados, susceptibles, delicados, resistentes, bipolares (de la ira a la dulzura en un instante), pacientes, santos, dadivosos. 
Y envidiosos (pocos). 
Alguno dicen que la envidia es verde; otros que es como la tiña, se contagia fácilmente. 

“La envidia es un dolor o malestar que surge de la percepción por la prosperidad y la buena fortuna de los demás; no porque suframos por su bienestar, sino simplemente porque su condición ha mejorado. Hay un fuerte anhelo de preeminencia y superioridad implantado en nuestra naturaleza por Dios Todopoderoso, con propósitos sabios y nobles.

Cuando este principio se arraiga en una buena mente, se llama estímulo. Pero cuando este principio se encuentra con una disposición maligna y corrupta, degenera en envidia, la pasión más vil y odiosa de la naturaleza humana, la peor mala hierba del peor suelo. Esta pasión nos afecta principalmente en relación con nuestros iguales. Si encontramos que hemos igualado o excedido a los de nacimiento similar, la consecuencia natural es alegría y complacencia; pero si nos superan, se provoca envidia. 

Las personas más sujetas a envidia son los codiciosos;  aquellos de espíritu pequeño o mezquino; personas de dotes y habilidades extraordinarias, que no pueden soportar a un rival; hombres orgullosos; y anticuados.

LOS MEJORES REMEDIOS PARA LA CURACIÓN DE ESTA PERNICIOSA PASIÓN. 
1. Establezca una opinión objetiva sobre las cosas y procure estimarlas correctamente, de acuerdo con lo que Dios le revele. 
2. Buscar la apreciación correcta de su propio valor y habilidades. 
3. Reflexione seriamente sobre la vanidad y la insignificancia de todas las ventajas mundanas. 
4. Piense en Dios, que se complace en la felicidad de todas sus criaturas." ( J. Delany. )
Bonus: Nunca olvides que Dios te ama y a sus ojos tienes un gran valor.




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