lunes, 16 de noviembre de 2020

Llegar a la meta.

La casa de los impíos será desolada, 
pero la morada de los rectos florecerá. 
Hay un camino 
que al hombre le parece derecho, 
pero que al final 
es camino de muerte. 
Aun en la risa tendrá dolor el corazón 
y el final de la alegría es tristeza. 

Proverbios 14:11-13 RV 2015 

Todavía está en mi memoria la maratonista Hyvon Ngetich que llegó casi arrastrándose a la meta cuando le faltaron las fuerzas para mantenerse de pie. 
¿De dónde saca impulso una persona para llegar al final venciendo toda adversidad? 

Dice el libro santo “el que persevere hasta el fin éste será salvo” (Mateo 24:13)  
Muchas veces hemos querido “tirar la toalla”, abandonar la carrera cuando vemos que los impíos prosperan, que viven buenas vidas aun burlándose de Dios; cuando somos víctimas de injusticias y otros en la misma situación "pasan colados". 

Hoy el Señor nos muestra con claridad meridiana que el camino del creyente es indudablemente  superior,  porque servir a Dios tendrá un buen final. 
Leo con pena estos versos de Proverbios; vislumbro en ellos la desolación de muchas personas que han rechazado el mensaje de la buena noticia y veo el resultado de su obstinación. 
Podríamos decirlo de otra manera: 
La casa del creyente, aunque sea sencilla,  será construida con todo el bienestar que da la naturaleza. 
Porque el camino del que adora a Dios tiene como recompensa la vida eterna. 
Toda tristeza se convertirá en gozo al disfrutar para siempre de la gloriosa Presencia del Señor.
Que haya paz en tu alma.



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