miércoles, 25 de noviembre de 2020

Recibe una revelación particular.


La devoción hacia el Eterno trae confianza, 
y tu descendencia tendrá esperanza de protección. 
Porque el respeto y la honra hacia Él 
son la base de una buena vida, 
no serás enredado 
 en la trampa de la muerte. 

 Proverbios 14:26-27 (paráfrasis) 

Un martes por la mañana –estaba en la fila del Banco- me di cuenta que necesitaba hacer algunos cambios. 
Era junio y ya habían pasado un par de meses de confinamiento por la pandemia covid-19, había estudiado algún curso, leído libros pendientes;  estaba batallando con Zoom y memorizado un salmo con bastante esfuerzo. Mientras los jóvenes chateaban, la fila avanzaba lenta, demás está decir que siempre es lenta la atención, no por mala voluntad, sino por la enorme cantidad de personas que van a ese local para los trámites más peregrinos que una se imagine; digo, mientras observaba aquella multitud una idea se solidificó en mi mente. 

¿No te ha pasado que por un instante ves con claridad lo que debes hacer? 
Algunos le llaman éxtasis, otros revelación, o un momento shekina, un eureka, una "luz cegarora", en fin, eso. 
Escribe. 
He escrito antes, era una de mis aficiones, un hobby entre los otros que la diversidad femenina puede logar. Pero entonces una frase acompañó a esa palabra “la multitarea es la muerte de la profundidad”. Solo escribe. 

Aquí estoy, intentando cada día enfocarme en esta labor (aunque sigo cocinando, conservando el jardín y etc.), escribir para el Gran Lector (en la reverencia que merece) y lateralmente para ti. A veces quedo contenta porque creo que lo he logrado. A veces me frustro. Pero como sea, siempre escribo con agrado. Una especie de felicidad prolongada en cada palabra. 

No hay nada que reemplace esa certeza de estar en el tiempo y el lugar correctos.
Ruego a Dios que encuentres tu propia revelación  y logres ponerla en práctica.
Paz del alma.





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