miércoles, 17 de marzo de 2021

Familias estables dan fundamentos sólidos a un país.

La disciplina de los hijos 
es tarea de los progenitores desde pequeños. 
Es necesario hacer un balance sabio 
entre las exigencias educativas y su autonomía. 

Proverbios 19:18 (paráfrasis) 

El tema de la educación de los hijos e hijas llena 261.000 páginas del buscador Google y una cantidad no despreciable de libros y videos instructivos. 
Con tal cantidad de información podríamos deducir que los hogares son más estables, las familias más felices y la sociedad más armónica. 
Un estudio de World Family da cuenta que hay un “aumento de los nacimientos en uniones extramatrimoniales que está provocando un incremento de la inestabilidad en la vida de los niños.” Eso determinará que los hijos vivirán solo con uno de sus progenitores o tendrán padrastro o madrastra. 
Más aún, leo acerca de un aumento de hijos en centros SENAME desde muy pequeños, y una progresiva tasa de suicidios de jóvenes entre 10 y 25 años (Chile en cuarto lugar);  realidades dolorosas que nos muestran descarnadamente que aquellos que engendran no están tomando la responsabilidad de las vidas que Dios ha puesto en sus manos. 

¿Qué podemos hacer como cristianos que sabemos la Palabra de Dios? 
Familias estables darán una base social fuerte a un país. 
Tenemos un arduo trabajo pendiente personal y colectivo.   
***

Ilustración:
Detalle de la pintura de Oleg Zhivetin, Familia en reposo.

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 La palabra del día: LONGANIMIDAD. 
Proviene del latín longanimitas: longus que significa largo y animus que significa alma. Lo cual podría traducirse como ser de ánimo profundo, con largo ‘aguante’. La cualidad de perseverancia del alma en practicar el bien en medio de las adversidades, la fortaleza de espíritu para seguir mostrando bondad cuando se está rodeado de maldad. 

Tomado de aquí:




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