sábado, 29 de mayo de 2021

Justicia personal.



Aquel que explota a los pobres 
para elevar las ganancias personales 
o que soborna a los ricos para obtener influencias, 
Dios sabe que va directo al desastre. 

Proverbios 22:16 (paráfrasis) 

Se le llama “el milagro finlandés”. 
Tenemos mucho que aprender de otras culturas y otros países. 
Hace unos días me he preguntado ¿por qué Finlandia, un país taaaaan helado, se ha destacado por cuarta vez como el país más feliz entre todos, superando a  otros más ricos? En mi concepto latino, el calor y el verano dan bienestar. 
 
Ellos han descubierto un secreto que a los latinoamericanos nos cuesta comprender, la eficacia de un inteligente sistema educativo, los ingresos justos, una cultura de autocuidado y actividades al aire libre para la vida saludable. Los ciudadanos confían en su gobierno y esa pareciera ser una de las causas más importantes de su estabilidad. 
Finlandia “ocupó un lugar muy alto en las medidas de confianza mutua que han ayudado a proteger vidas y medios de subsistencia durante la pandemia”. Hasta hoy son los menos contagiados de Europa.

El cambio se inició en los años ’70. Reformas innovadoras, en especial la buena educación, un sistema que ayuda a los maestros en una constante innovación y una alta carga tributaria que les da el piso para una gran cantidad de beneficios. Y sin duda, las ganas de salir del estado de desigualdad que vivían. 

Es una gran responsabilidad de los creyentes en Cristo -tú y yo-,  tener tratos justos en los negocios, la ausencia de sobornos y la ayuda con los que nos rodean. 
Recuerdo las palabras de Dios a Abraham, “te bendeciré para que bendigas”. 
¿Habrá algo que podamos realizar para cambiar nuestra realidad social?

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Si deseas saber más de Finlandia:


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La noticia del día:
Un nuevo trabajo alternativo se ha desarrollado en tiempos del coronavirus, paseador de perros. Tokyo, mayo 2021 (foto AP)




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