El tacaño te invita a comer con un escondido interés;
te dirá ¡come!, ¡bebe!,
pero mirará cuán costosa será la cuenta.
Su mezquina invitación te dará dolor de estómago cuando te des cuenta de su hipocresía.
fariseo, a
Del lat. tardío Pharisaeus, este del gr. Φαρισαῖος Pharisaîos, este del arameo pĕrīšayyā, y este del hebr. pĕrūšīm 'separados [de los demás]'. Proverbios 23:6-8 (paráfrasis)
En los evangelios se relata una interesante historia acerca de una invitación a comer.
Un fariseo (*) invitó a Jesús a comer.
Fue, pues, Jesús a casa del fariseo y se sentó a la mesa.
Vivía en aquella ciudad una mujer de mala reputación que, al enterarse de que Jesús estaba en casa del fariseo, tomó un frasco de alabastro lleno de perfume y fue a ponerse detrás de Jesús, junto a sus pies.
La mujer rompió a llorar y con sus lágrimas bañaba los pies de Jesús y los secaba con sus propios cabellos; los besaba también y finalmente derramó sobre ellos el perfume.
Al verlo, el fariseo que había invitado a Jesús se dijo para sí mismo:
“Si este fuera profeta, sabría quién es y qué reputación tan mala tiene la mujer que está tocándolo”.
Entonces Jesús se dirigió a él y le dijo:
— Simón, quiero decirte una cosa.
Simón le contestó:
— Dime, Maestro.
Jesús siguió:
— Había una vez un acreedor que tenía dos deudores, uno de los cuales le debía diez veces más que el otro. Como ninguno de los dos podía pagarle, los perdonó a ambos. ¿Cuál de ellos te parece que amará más a su acreedor?
Simón contestó:
— Supongo que aquel a quien perdonó una deuda mayor.
Jesús le dijo:
— Tienes razón.
Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
— Mira esta mujer.
Cuando llegué a tu casa, no me ofreciste agua para los pies; en cambio, ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tampoco me diste el beso de bienvenida; en cambio ella, desde que llegué, no ha cesado de besarme los pies. Tampoco vertiste aceite sobre mi cabeza; pero ella ha derramado perfume sobre mis pies.
Por eso te digo que, si demuestra tanto amor, es porque le han sido perdonados sus muchos pecados.
(Lucas 7:36-47)
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La palabra del día: fariseo.
1. adj. Seguidor de una secta judaica que aparentaba rigor y austeridad, pero eludía los preceptos de la ley y, sobre todo, su espíritu. Apl. a pers., u. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a la secta de los fariseos o a sus miembros.
3. adj. hipócrita. Apl. a pers., u. t. c. s.
4. m. coloq. desus. Hombre injusto, cruel, inhumano.
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Invitación a comer (parte uno)
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