Si te desmoronas en medio de una crisis
necesitas recurrir a todo tu coraje interno.
Proverbios 24:10 (paráfrasis)
Eva alarga el brazo para coger el fruto “agradable a los ojos”.
Moisés mata un egipcio.
David mira por la terraza a la mujer de su desastre.
Judas recibe 30 monedas.
Pedro reniega.
Jesús exclama “Padre, ¿por qué me has abandonado?”.
Hay un día malo en la vida.
Un accidente, una noticia cruel, una enfermedad, una pandemia, una guerra, una tormenta, una pérdida irrevocable.
Cuando tu cielo es límpido, los hijos crecen sanos, hay pan en la mesa, es relativamente fácil mantener una fe equilibrada y una vida obediente a los principios.
¿Qué recursos tienes, cómo te preparas, de dónde sacas fuerzas para no caer en el pozo?
He visto gente que no es cristiana y han soportado con cierta dignidad las pérdidas.
Conocí una joven, sus padres perdieron todo literalmente en una expropiación.
Después de cultivar extensas tierras se quedaron sin un metro cuadrado, se asilaron en una pequeña casa prestada por una hermana, sin saber qué hacer. Aun así no anidaron rencor, “es lo que nos tocó”, me dijo la joven sin amargura.
Los creyentes tenemos una fortaleza extra, esas extrañas palabras de Santiago (“cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse”) cobran vida y puede palparse la fuerza que emanan.
Los creyentes tenemos una fe, grande o pequeña, ahí se verá la resistencia. Aun cuando no sea tan grande como para hacer milagros, toda fe soportará.
Los creyentes tenemos esperanza, vemos más allá de esta breve realidad. Sabemos que esta “leve tribulación momentánea” dejará en nosotros un peso de gloria indestructible.
David engendró a Salomón.
Pedro inició una Iglesia que permanece hasta hoy.
Jesús cambió la historia en Antes de Cristo a Después de Cristo.
Dios puede sacar lo mejor de tu crisis.
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La noticia del día:
Una bella foto de Steve Mc Curry, tomada de su página oficial.
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