Los golpes de la vida
pueden corregir a un necio
como un adiestrador corrige su caballo
o un guía pone freno a un asno.
Proverbios 26:3 (paráfrasis)
Todos necesitamos educación y disciplina.
Unos en un largo período de tiempo, otros aprenderán más rápido.
Dependerá de los genes, del instructor, los progenitores o la cultura barrial.
Si nada es efectivo, la vida en sí misma irá moldeando con resultados azarosos, sufrimiento y tristezas.
Dios tiene amplias oportunidades para cada persona.
Recuerdo a Jacob, un muchacho tramposo, experto en sacar el mejor provecho de un trato; compró la primogenitura a su hermano, engañó a su padre, huyo ante la amenaza de muerte, trabajó 14 años por la mujer que amaba, engañó a su tío, fue engañado sucesivas veces, su corazón se rompió con la muerte de su hijo predilecto (que al final resultó un engaño de sus hijos).
Aun así Dios lo bendijo, le dio dignidad, propósito y restauró su corazón doliente.
El Señor es experto en transformaciones.
Aquella canción:
¿Qué sería de mi si no me hubieras alcanzado?
¿Dónde estaría hoy si no me hubieses perdonado?
Tendría un vacío en mi corazón
Vagaría sin rumbo, sin dirección
Si no fuera por tu gracia y por tu amor.
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