miércoles, 21 de julio de 2021

"La tierra no tiene dolor que el cielo no pueda curar.”


Una persona que canta alegremente 
delante de alguien que sufre un dolor profundo 
es tan insensible 
como si le quitara el abrigo en tiempo helado
o coloque sal en una herida. 

Proverbios 25:20 (paráfrasis) 

¿Hay un dolor más profundo que perder un ser amado? 
Un largo viaje, el destierro, la muerte, nos provoca tristeza a tal punto que se nos quita el apetito, nos encerramos, queremos soledad y silencio. Y ahí está nuestro vecino tocando cumbias o reguetones a full decibeles. 

Una gota de delicadeza bastaría para consolar un corazón roto. 
La sutil comprensión de lo que hay en la mirada devastada por la angustia. 
Callar en el momento oportuno; hablar la palabra tierna. 
 Abstenerse de ostentar  felicidad frente a un duelo. 

“Venid, desconsolados, donde languidecéis, 
venid al propiciatorio, arrodillaos fervientemente. 
Aquí traigan sus corazones heridos, 
aquí cuenten sus angustias; 
La tierra no tiene dolor que el cielo no pueda curar.” 
(Thomas Moore) 

“Gocémonos con los que se gozan 
y lloremos con los que lloran.” 
(Romanos 12:15 RVC)
***


La palabra del día: Sensibilidad. 
Del lat. sensibilĭtas, -ātis. 
La sensibilidad puede ser la propensión natural del ser humano a dejarse llevar de los afectos de cariño y compasión. 
Antónimo: Insensible. 
3. adj. Dicho especialmente de una persona: Incapaz de apreciar algo o de reaccionar emocionalmente ante ello.
 U. t. c. s. 



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