domingo, 18 de julio de 2021

Protocolo del buen invitado (a).

Las visitas demasiado frecuentes 
a las casas de los vecinos 
(menos si no eres invitado) 
pueden resultar 
inoportunas, 
cansadoras 
y al final, desagradables. 

 Proverbios 25:17 (paráfrasis)

En aquel pequeño pueblo del Sur,  entablé amistad con Odet, hija  menor de una familia pastoral. 
En ciertas noches de verano me invitaban a mirar el Festival de Viña ya que mi hogar no contaba con un televisor. 
A menudo les visitaba una persona de su iglesia que llegaba por la mañana, la tv era una maravilla y se hipnotizaba por horas. La dueña de casa no sabía cómo cortar aquella visita que se tornó una molestia a la privacidad del hogar.

Para ser un buen invitado(a) hay todo un protocolo que deberíamos observar con cierta rigurosidad. 
***

1.- Ser invitado(a). 
Parece de Perogrullo, han tocado mi puerta a las horas más inverosímiles (tres de la madrugada, por ejemplo).  
Mi amiga Martita tenía un sobrino que llegaba a las 7 de la mañana con algún acompañante, cierta vez llegó con una familia completa; mi amiga no sabía qué hacer.

2.- No llegues con las manos vacías. 
Mamá decía que jamás de los jamases te presentes sin un "engañito", un detalle, una atención. Nada ostentoso.

3.- La hora de llegada y despedida, ni dos horas antes o dos horas después que todos se han ido.

4.- El proverbista nos habla de la frecuencia. 
Aunque  sea muy familiar, es más adecuado recibir una invitación que llegar sin previo aviso; la única que puede darse esas licencias es la madre o el padre...y a veces ni eso.  
Recibí una llamada, "estoy en su puerta", me dijo la voz al otro lado del teléfono. Lamentablemente para él no había nadie en casa y su visita resultó infructuosa. 

Si por a, b o c motivo no has sido invitado y deseas visitar a alguien, los teléfonos son una gran herramienta social, una cita previa nos evitará pérdida de recursos.

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Si deseas leer sobre protocolo, te dejo esta página bien sencilla.:





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