lunes, 19 de julio de 2021

Tan mortal como...


En un juicio,  al testigo le corresponde decir la verdad.
Si miente es tan mortal como un golpe de martillo en los dedos, 
una herida con cuchillo o lanzar una flecha aguda 
al corazón del acusado, todo en uno. 

Proverbios 25:18 (paráfrasis)

 Para un sencillo creyente como tú o yo, ir a tribunales no es algo con lo que se sueñe o se desee. 
Hay en los juicios una exigencia de justicia y a la vez un deseo de venganza; un poco de verdad y tergiversación de los hechos. No es fácil determinar responsabilidades o culpas y en muchas ocasiones la justicia no logra llegar a buen fin. 
Está comprobado históricamente que muchas veces un inocente ha sido condenado por un testimonio inexacto o directamente mentiroso. 

J.C era un muchacho alegre, padre de dos niñas, esposo trabajador. 
Cierta noche una vecina le solicitó que fuera a comprarle un boleto de lotería. Se quedó conversando con algunos amigos hasta el anochecer. 
Al día siguiente lo tomaron detenido, una mujer lo acusaba de agresión y violencia física. Estuvo un año recluido  esperando el juicio; su padre gastó los ahorros  de su vida y al final resultó que todo había sido una confusión de identidad. 
Salió libre;  nadie le devolvió el tiempo perdido, la incertidumbre, el sufrimiento y el dinero.

Si alguna vez -por esas vueltas que da la vida- tienes que testificar, la verdad pura es lo que nos aconseja el proverbista. Dejar a un lado los pareceres, simpatías  o prejuicios. Y que Dios te ayude. 
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