viernes, 3 de septiembre de 2021

Elogios.


Así como se refina la plata en el crisol
y el oro en el fuego 
se puede probar la integridad de una persona 
dándole una cantidad de elogios.

Proverbios 27:21 (paráfrasis) 

“No hay nada que provoque más soledad que la fama”. 
"Cuando te haces conocido, la gente cambia a tu alrededor". 
"Comencé a tener ataques de pánico antes de subirme al escenario, sentía que no era suficientemente buena". 
 “No me gusta la fama, el sentirme observado y juzgado constantemente”. 
"Me gustaría que entendieran que soy humano (…), esta vida puede destrozarte". 

Estas frases han dicho artistas famosos que cada día reciben elogios, todo tipo de alabanzas y gozan de un estatus envidiado por muchos. 
Ser elogiado es un anhelo natural al que aspiramos desde niños; sin embargo el exceso de alabanzas pondrá a prueba cualquier carácter. 
Algunos cambian, otros sufren; no es fácil recibir alabanzas y quedar impertérrito; aprender a colocarlas en perceptiva requiere  una abundante cuota de sabiduría.

Como devotos de Dios tenemos una herramienta que aplica en estos casos, dar gloria al Señor por Su Gracia y su favor. La mayoría mantiene su cabeza fría dando  a los elogios el lugar justo (eso creo). 
 
"Que estén siempre llenos del fruto de la salvación—es decir, el carácter justo que Jesucristo produce en su vida— porque esto traerá mucha gloria y alabanza a Dios.
(Filipenses 1:11)
***




La noticia del día: 
Un hombre trabaja en los campos de cosecha.
(Gracias a Dios por aquellos que ejecutan esta ardua labor y  proveen al mundo de los productos de la tierra)



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