jueves, 11 de noviembre de 2021

Diamantes humanos.

Una mujer íntegra, completa, 
¿se podrá hallar? 
Su valor excede por lejos 
a los más bellos y valiosos diamantes. 

Proverbios 31:10 (paráfrasis) 

La mujer perfecta es un arquetipo creado por la literatura. 
No hay algo así como la “mujer ideal”. 
Ni hombres ideales. 
Simplemente hay personas humanas, unas más nobles, otras menos, unas hermosas por fuera y por dentro, otras menos. 
Para la mayoría de los niños su madre es la mejor, la más bella, la más valiente y trabajadora. Es lo que nos muestra Lemuel, una mujer que formó su vida con sabios consejos; la describe con minuciosidad, anhelando hallar otras como ella. 
-Preciosa como las joyas. 
-Esposa fiel. 
-De buen trato. 
-Trabajadora 
-Preocupada de su familia. 
-Buena jefa.
-Organizada.
-Inversionista. 
-Emprendedora. 
-Excelente en trabajos artísticos. 
-Misericordiosa. 
-Solidaria.
-Previsora. 
-Honorable. 
-Mesurada en su hablar. 
-Cercana a sus hijos. 
-Devota de Dios. 
-Dichosa. 

El escritor Lemuel detalla los rasgos de una persona  perfecta, la meta de un carácter  cristiano que años más tarde propondría el apóstol Pablo en su carta a los Gálatas, capítulo 5 como el fruto del Espíritu, la obra del Señor en el corazón. 
   
Cuando se observa un ideal hay una tendencia a desanimarse y a olvidar el consejo. Pero el Señor siempre da ánimo a través de su Palabra:
"No, amados hermanos, no lo he logrado,  pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así  avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús."
(Filipenses 3:113-14 NTV)
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