crezcan en su juventud
fuertes y llenos de vida,
como plantas en un jardín.
Permite que nuestras hijas
sean hermosas
como las columnas de un palacio.
Salmos 144:12 TLA
*
Hijo-Hija (DLE)
Del lat. filius.
1. m. y f. Persona o animal respecto de sus padres.
2. m. y f. Persona respecto del país, provincia o pueblo de que es natural.
5. m. y f. U. como expresión de cariño entre las personas que se quieren bien.
9. m. Rel. En el cristianismo, segunda persona de la Santísima Trinidad.
10. m. pl. descendientes.
*
¿Habrá una noticia más extraordinaria que esta, el médico te notifica que estás embarazada del bebé tan esperado?
Le sucedió a Sara (*) que esperó por largos años, luchando día a día contra sus dudas.
Le sucedió a Ana (*) que soportó la humillación de su esterilidad.
Le sucedió a María (*) cuando un ángel (sí, eso mismo, un ángel) le anunció que en su vientre se gestaría el cuerpo humano del Hijo de Dios (hoy con la fecundación in vitro lo puedes entender perfectamente).
La gestación, el crecimiento, nacer, un proceso que han vivido los 8 mil millones de personas en este mundo y que -no por frecuente-, sigue siendo el milagro más portentoso de la vida en la tierra.
Significa que Dios cuida su mundo.
Significa que a pesar de los esfuerzos humanos por destruir, Dios construye, crea, hace nacer.
Significa que Dios nos ama a pesar de nuestros renuncios, inconsistencias y malos humores.
Una cosa, todos podemos ser hijos-hijas de Dios.
“Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su nombre,
les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre,
ni de voluntad de carne,
ni de voluntad de varón,
sino de Dios.”
Juan 1:12-13 RVC
*
(*) Sara: Génesis 21:1-7 RVC
(*) Ana: 1 Samuel 1:10-21 RVC
(*) María: Lucas 1:30-33 RVC
*
Una buena canción:
Ya no soy un esclavo del temor, soy hijo de Dios.
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